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"Te encuentro, me acuerdo de ti. Esta ciudad estaba tallada a la medida del amor. Tú estabas tallado a la medida de mi propio cuerpo. ¿Quién eres? ¡Me matas! Tenia hambre, hambre de infidelidades, de adulterios, de mentiras; y de morir, desde siempre. Sabía que algún día te encontraría. Te esperaba con una impaciencia sin limites, tranquila. Devórame, defórmame a tu imagen para que ya nadie después de ti pueda comprender la razón de tanto deseo. Nos quedaremos solos amor mio. La noche no tendrá fin, el día no empezará para nadie, nunca, nunca más, por fin. Me sigues matando, me sanas. Lloraremos el día muerto con lucidez y buena voluntad. No tendremos ya nada más que hacer más que llorar el día muerto. Pasará el tiempo, solamente tiempo. Y llegará el tiempo, llegará el tiempo en que ya no sabremos dar nombre a lo que nos una. Su nombre se borrará poco a poco de nuestras memorias. Después, desaparecerá del todo. "
Hiroshima mon amour
Alain Resnais, 1959.
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