domingo, 25 de abril de 2010

Púrpura.

Recuerdo el olor a verano, a sudor y a cerveza, mezclados con comida china.
Recuerdo no pensar en nada, el perfume de la madrugada,
la mirada indiscreta de algún vecino, tu risa en mi nuca;
todas y cada una de las caricias, pellizcos, bocados y besos.
Y el peso de la luna sobre nuestras espaldas, y el frío arder al rozar nuestros cuerpos,
y el molesto sol del amanecer;
tan irresponsable,
tan inoportuno.

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