Te voy matando lentamente y disfruto de la sensación. Me desintoxico de tus recuerdos cada segundo. Las ganas de luchar han regresado, esta vez con más fuerza que nunca. De luchar por mi vida, por mi futuro. Pero nunca más por ti. Eso ya no ocurrirá. A partir de hoy comienzo de nuevo. Comienzo a ser feliz. Me siento viva. Me siento limpia. Ya no me siento vacía, sino llena de fuerzas, de coraje, de superación, de conseguir algo más. Hoy me doy cuenta que contigo no era suficiente, jamás lo hubiera sido. Siempre has estado tan lleno de miedos e inseguridades, salpicándome con ellos. Necesito alguien que me transmita su valor y no su cobardía. Siempre he repudiado a la persona en quien me estaba convirtiendo. Tan parecida a ti. Ahora ya no hay vuelta atrás. He vuelto a mí, soy yo de nuevo. No soy yo sin ti, como antes era. No, eso jamás ocurrirá. Vuelvo a ser yo simplemente. Ya no te necesito. Me libro de ti y en cierto modo es agradable. Poco a poco vuelvo a ser feliz. Cada uno recibe lo que da, me has enseñado la lección. Y puede que algún día hasta te de las gracias por todo esto.
¿Crees en el destino? Yo si. Siempre te lo dije, el destino conspira.
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