miércoles, 3 de septiembre de 2008

A veces la montaña "gato" se esconde. Tiene miedo, no quiere que nadie vea sus grandes orejotas pese a que una y mil veces le repetí que no tenía de que avergonzarse.


Aunque quizá no quiere que nadie la vea llorar, a veces hasta las montañas necesitan estar (más) solas....

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