A veces estoy tan cansada de todo. Me cansa la gente y la rutina, ver todos los días la misma cara en el espejo y sentir esa incomoda sensación de vacío, la que (maldita sea) en ocasiones intento llenar con galletas y más galletas de chocolate sin obtener resultado alguno.
Lo extraño es que mi cuello continua tu búsqueda entre tantas y tantas caras y sus estúpidas expresiones; a veces pienso que el amor sin sexo esta sobrevalorado. Yo por ahora he decidido dejarme de estupideces ya que cada vez veo la pescaderia del Mercadona más y más cerca (si cierro los ojos puedo sentir su olor) y como tengo menos glamour que unas bragas de esparto me hago a la idea de que no doy para mucho más, así que incaré los codos en la mesa hasta que sangren ¡Lo juro!
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